
El moquillo canino, es una enfermedad infecciosa que afecta, principalmente, a perros y a otras especies de la familia Canidae, como los zorros. Se trata de un virus altamente contagioso que puede resultar mortal para nuestras mascotas. En este artículo hemos decidido contarte todo lo que necesitas saber sobre el moquillo en perros: cómo afecta a tu mascota, cómo se cura y cuáles son las mejores medidas preventivas. ¡Sigue leyendo y descubre más!
¿Qué es el moquillo?
El moquillo, también conocido como enfermedad de Carré o distemper, es una enfermedad infecciosa de origen vírico que afecta principalmente a las especies de la familia Canidae como el perro, el visón o el hurón. También afecta a otras familias como la Felidae, aunque los gatos domésticos presentan inmunidad a la cepa canina del moquillo.
Por su composición bioquímica, esta enfermedad es muy similar al sarampión. Aunque existe vacuna, este virus está muy presente, a día de hoy, entre gran parte de la población canina.
¿Cómo se contagia el moquillo?
El distemper es una enfermedad endémica que está presente en todas las áreas geográficas del mundo. Afecta a perros de todas las edades, aunque los cachorros son más vulnerables al no tener su sistema inmunológico completamente desarrollado. También afecta a ejemplares ancianos por encima de la media.
El contagio del virus se hace a través del aire y mediante contacto con deposiciones corporales del animal. Aunque no afecta a las personas, podemos ejercer de vector de contagio si entramos en contacto con animales infectados, poniendo en riesgo a otros ejemplares. Por ello, debemos ser cautos a la hora de entrar en contacto con perros desconocidos. Una pequeña gota o un tosido puede ser suficiente para que un animal contraiga el moquillo.
El periodo de incubación del moquillo canino oscila entre 15 y 20 días, aunque algunos síntomas pueden hacer acto de presencia durante los primeros días después del contagio. En estos casos, nuestra mascota debe permanecer aislada para no contagiar a otros animales.
Síntomas del moquillo en perros
La sintomatología del virus puede variar en función de los órganos afectados y las infecciones secundarias bacterianas. Así, perros que presenten la misma enfermedad podrían sufrir síntomas completamente diferentes. Sin embargo, existe consenso científico acerca del cuadro sintomático habitual que podrían experimentar los ejemplares contagiados.
Sintomatología general
Los síntomas generales que presentan los perros con moquillo son los siguientes:
- Fiebre.
- Malestar general.
- Cansancio y decaimiento.
- Deshidratación.
- Falta de hambre.
- Pérdida de peso.
Sintomatología ocular
También existe un cuadro sintomático que afecta al área ocular:
- Conjuntivitis.
- Irritación corneal.
- Inflamación del ojo.
- Sequedad.
Sintomatología respiratoria
En relación con el aparato respiratorio, nuestra mascota podría sufrir los siguientes síntomas:
- Tos.
- Dificultad respiratoria.
- Abundancia de mocos.
Sintomatología del aparato digestivo
Nuestro perro también puede sufrir síntomas en el sistema digestivo su sufre la enfermedad del moquillo:
- Diarrea.
- Vómitos.
Síntomas en la piel
La piel es un órgano que también puede presentar síntomas ante la presencia del moquillo canino:
- Erupciones cutáneas.
- Endurecimiento de las almohadillas plantares.
- Descamación de la piel.
Síntomas en los dientes
Los dientes también son susceptibles de presentar síntomas:
- Sensibilidad dental.
- Aumento de caries.
- Reducción del esmalte.
Sintomatología del sistema nervioso
Algunos de estos síntomas pueden afectar a su cerebro:
- Ataxia. Se trata de una alteración del cerebelo que impide la coordinación de movimientos.
- Tics o convulsiones.
- Apoplejía. Consiste en un trastorno vascular del cerebro que origina parálisis muscular.
Recuerda que la presencia de cualquiera de estos síntomas no implica necesariamente que nuestro perro sufra moquillo. Será el veterinario quien realice un diagnóstico preciso y prescriba un tratamiento.
¿Cómo se realiza el diagnóstico del moquillo?
Para realizar el diagnóstico es necesario realizar un examen citológico que demuestre la presencia de “Cuerpos de Lentz”, unas estructuras subcelulares alteradas por la infección vírica. También es posible diagnosticarlo a través de inmunofluorescencia de muestras citológicas; un método para identificar enfermedades autoinmunes.
Aunque este método de diagnóstico es muy fiable, en muy raras ocasiones las vacunaciones recientes pueden ocasionar falsos positivos. Por otro lado, algunos casos crónicos pueden arrojar falsos negativos.
En cualquier caso, la presencia conjunta de los síntomas previamente mencionados, suele ser un indicador fiable de la presencia del virus del moquillo.

Etapas del moquillo canino
Este virus afecta principalmente al cerebro, a la piel, a la conjuntiva, a las vías respiratorias y al sistema gastrointestinal, produciendo los síntomas previamente descritos. Durante los primeros días la enfermedad es imperceptible, lo que dificulta su diagnóstico temprano. A continuación te explicamos cuáles son las etapas del moquillo:
- Tras la primera semana tras contraer la enfermedad, el perro podría experimentar fiebre, secreciones en ojos, excesiva mucosidad, apatía y pérdida de apetito.
- Pasados unos días las secreciones cambian de textura, volviéndose más densas, y se vuelven de un color más amarillento. Además, empezará a sufrir tos, vómitos y diarrea, lo que podría causar deshidratación. También es posible que aparezcan ampollas en la barriga.
- A las dos semanas la infección primaria podría complicarse, causando una sobreinfección bacteriana que causaría problemas respiratorios y gastrointestinales.
- En la última etapa, que se suele dar alrededor de las tres semanas, algunos perros sufren la inflamación del encéfalo (encefalitis), lo que provocaría alteraciones cerebrales que se manifestarían a través de ataques similares a los epilépticos.
¿Existe cura para el moquillo canino?
El moquillo es una enfermedad infecciosa de difícil tratamiento. Por ello, los esfuerzos del veterinario suelen concentrarse en contrarrestar la sintomatología con el objetivo de mejorar la calidad de vida del perro. También es posible facilitar apoyo terapéutico que permita al sistema inmunológico del animal crear sus propios anticuerpos. Sin embargo, algunos expertos recomiendan medicación inmunosupresora. Por lo tanto, el moquillo no se puede curar, pero sí controlar.
Dado que no existe un tratamiento concreto contra el moquillo, el veterinario suele recetar antibióticos que ayuden a curar las infecciones secundarias ocasionadas por la presencia del virus. También es probable que apoye a la dieta del perro con suplementos nutricionales que mejoren su sistema inmunitario.
Por último, el veterinario recetará medicación especializada en función de la sintomatología que presente el animal. En el caso de que tenga tos y mucosidad, será necesaria medicación expectorante o mucolíticos.
Vacuna contra el moquillo
La mejor cura contra el moquillo en perros es la prevención. Por suerte, existe una vacuna contra esta enfermedad que debe ser administrada durante su época de cachorro en, al menos, dos dosis. La vacuna debe ser facilitada entre las 6 semanas y los 4 meses de edad y, en algunos países, es obligatoria. En este aspecto, debe ser el veterinario quien te informe acerca del calendario de vacunación y la jurisprudencia del país en relación con el moquillo. Nosotros te recomendamos que vacunes a tu mascota una vez al año a modo preventivo y a la madre antes del apareamiento.
En el caso de que tu perro haya sido infectado, este debe ser aislado del contacto con otros perros o animales. Por nuestra parte, llevaremos a cabo una limpieza exhaustiva del hogar con el fin de eliminar el virus del entorno. Por suerte, fuera del cuerpo del animal, el moquillo no puede sobrevivir a temperatura ambiente.
Remedios caseros para el moquillo en perros
Dado que no existe tratamiento contra el moquillo, tampoco existen remedios caseros curativos. Además, todo lo que podamos hacer para aliviar sus síntomas tampoco debe sustituir, en ningún caso, al tratamiento prescrito por un veterinario.
Si el animal tiene fiebre, es posible aliviar los síntomas hidratando al animal. Si no quiere beber, es posible recurrir a una jeringuilla o a un tratamiento de fluidoterapia en una clínica veterinaria. También es recomendable aplicar un paño de agua fría sobre el vientre del animal para rebajar los síntomas de la fiebre, teniendo cuidado de no incurrir en un cambio muy brusco de temperatura.