Muchos tutores acostumbran a darle a sus perros todo tipo de alimentos. Sin embargo, pocos son conscientes de que el sistema digestivo de nuestras mascotas no es apto para ingerir el mismo tipo de comida que nosotros. Por ello, son muchos los que se preguntan si los perros pueden comer pollo. ¡Sigue leyendo y te lo contamos!
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¿Es bueno el pollo para los perros?
Sí. El pollo es una de las carnes más saludables que podemos dar a nuestros perros. Se trata de un alimento rico en nutrientes, agua, proteínas y es bajo en grasa. Además, contiene una elevada variedad de minerales como el hierro o el fósforo y vitaminas (A, B1, B2, B3, B6, B12).
Sin embargo, debemos ser precavidos a la hora de ofrecer pollo a nuestro perro, ya que determinadas partes del mismo contienen altos porcentajes de grasa. Por ello, es conveniente evitar la piel y centrarnos en las partes magras.
A su vez, la calidad del pollo influirá directamente en su aporte nutricional. Un pollo mal alimentado, habitualmente contendrá un porcentaje de carne magra más bajo. Por ello, es recomendable no escatimar en gastos y ofrecer a nuestra mascota un producto de calidad.
¿Los perros pueden comer huesos de pollo?
El pollo contiene pequeños huesos con los que nuestro perro podría atragantarse. Te recomendamos evitarlos y, de no ser así, dárselo crudo para que no se astillen con facilidad.
¿Los perros pueden comer pollo cocido?
Sí. De hecho, te recomendamos hervirlo para aprovechar todas sus propiedades. Compra 3 pechugas de pollo deshuesado y ponlo a cocer, sin condimentar, durante 15 minutos a fuego lento. Después, córtalo y comprueba que está suficientemente hecho. Déjalo enfriar durante unos minutos y ofréceselo a tu perro en trocitos pequeños.
¿Puede comer mi perro patas de pollo?
Las patas de pollo son un snack preparado especialmente diseñado para los perros. Se trata de patas de pollo deshidratadas con un alto contenido en colágeno. Aunque se trata de un alimento que puede favorecer la salud dental, te recomendamos evitarlo o dárselo solo como complemento. En el caso de que quieras incorporar pollo a la dieta de tu perro, lo ideal es que le facilites carne magra.
¿Los perros pueden comer hígado de pollo?
Sí. Las vísceras suelen constituir un buen aporte de proteínas para los perros y, en el caso del hígado de pollo, se trata de una de las mejores opciones por su bajo grado de colesterol.
Te recomendamos evitar el hígado de pollo envasado y preguntar en la carnicería por producto fresco, ecológico y de calidad. Además, el hígado suele ser económicamente más asequible que la carne magra.
¿Cuáles son los beneficios del pollo para los perros?
Las propiedades del pollo confieren a los perros una serie de beneficios que enumeramos a continuación:
- Su elevado contenido en proteínas ayuda al desarrollo muscular y a la generación de anticuerpos.
- El pollo contiene triptófano, que favorece el sueño, ayuda a generar proteínas y mejora el bienestar del animal.
- Su amplia variedad de vitaminas mejoran la visión, la salud de la piel y refuerzan su sistema inmunológico.
Tipos de pollo para perros
Existen varios tipos de pollo de los que los perros pueden beneficiarse:
- Pollo campero. Se trata del más pequeño, aunque su carne es muy sabrosa y algo más dura que la media.
- Pollo tomatero. Son aquellos pollos alimentados únicamente con tomates.
- Pollo picantón. Es el pollo que ha sido sacrificado al mes de vida. Se trata de una carne blanda y sabrosa.
- Pularda. Son aquellas hembras no ponedoras que están sobrealimentadas. Su carne suele ser muy tierna y sabrosa.
- Pollo de granja. Es el pollo común que encontramos en la mayoría de supermercados y que ha sido alimentado a base de pienso.
- Gallina. Se trata del pollo hembra adulto que ya ha finalizado su ciclo reproductivo. Se trata de una carne con más grasa de lo habitual.
- Capón. Son pollos macho, sobrealimentados y castrados cuya carne es fibrosa y sabrosa.
Por último, te recordamos que es necesario que cuentes con la aprobación de un veterinario antes de introducir cualquier alteración en la dieta de tu mascota.