La patata es un alimento común en la mayoría de los hogares. Se trata de un tubérculo muy bajo en calorías, que aporta hidratos de carbono y muy barato. Por ello, es parte habitual de la dieta en la mayoría de las familias.
No es de extrañar que muchos tutores se pregunten si los perros pueden comer patata. Como sabes, nuestros amigos caninos son animales carnívoros; sin embargo, siglos de convivencia junto a los humanos han logrado adaptar el sistema digestivo del perro para ingerir otros tipos de alimentos. ¿Es entonces tóxica la patata para los perros? Si quieres descubrirlo, continúa leyendo.
¿Es buena la patata para los perros?
La patata o papa, cuyo nombre científico es Solanum tuberosum, es una espécie herbácea perteneciente a la familia de las solanáceas. Es originaria de América -concretamente Perú y Bolivia- y fue descubierta por los conquistadores españoles en el siglo XV. Años más tarde, este tubérculo fue importado a Europa, donde fue considerado como una rareza no comestible. A partir del siglo XVIII se expande su uso gastronómico en todo el mundo.
La patata está compuesta principalmente de agua y es una gran fuente de almidón, hidratos de carbono y sustancias minerales como el potasio. También contiene proteínas en menor medida, fibras y muy pocas vitaminas. Cuando la patata no está madura puede llegar a ser tóxica, ya que contiene una sustancia denominada “solanina”. Las partes verdes de este tubérculo contienen una concentración muy alta de esta sustancia, por lo que debe ser evitada en fases tempranas. Además, la patata contiene oxalato, un ácido que altera el sistema digestivo de los animales.
Los perros pueden comer patata siempre que sea de forma ocasional. Es decir, que en ningún momento debe constituir la base de su dieta. Para aprovechar sus propiedades de forma óptima, es conveniente cocerla antes de ingerirla. Se trata de un buen alimento para perros con diarrea, acompañando a una dieta blanda basada en carne magra cocida sin sal ni aditivos. Por supuesto, antes de darle patata a nuestro perro o modificar cualquier aspecto de su dieta debemos contar con la aprobación de un veterinario.
La patata también puede formar parte de una dieta de exclusión. La dieta de exclusión se pauta en perros alérgicos con el objetivo de eliminar un posible alérgeno en su alimentación. Si el perro no muestra síntomas con la nueva dieta, es posible identificar el elemento que causa la alergia.
¿Los perros pueden comer patatas crudas?
Las patatas crudas están prohibidas para los perros debido a su difícil digestión. Además, la patata cruda puede contener solanina que, como ya sabes, es altamente perjudicial para nuestros amigos caninos. Ingerir patata cruda podría tener provocar graves trastornos digestivos, por lo que debes evitarla. Visita este artículo para conocer más sobre los alimentos prohibidos para los perros.
¿Los perros pueden comer patatas de bolsa?
Los perros no pueden comer patatas de bolsa. Esto implica que tampoco pueden comer patatas fritas. Incluso para los humanos, su consumo es perjudicial ya que durante el proceso de fabricación se incorporan grasas saturadas, elevadas cantidades de sal y otros aditivos perjudiciales para la salud.
Las patatas fritas pueden causar indeseables consecuencias en el organismo del perro. Diarrea, vómitos y malestar general, son solo algunos de los síntomas que podrían evidenciar un trastorno grave. En los casos más extremos, el consumo de estas sustancias podría provocar un coma o la muerte. Por ello, te recomendamos evitarlas a toda costa.
También existe relación entre el consumo de patatas fritas y la pancreatitis. Las comidas muy grasas pueden provocar este trastorno, provocando un profundo dolor abdominal que puede tener graves consecuencias para su salud. Los perros que sufren pancreatitis suelen adoptar la denominada “postura de oración”, que consiste en apoyar el pecho contra el suelo y mantener el culo erguido. Si tu perro sufre este trastorno, debes llevarlo al veterinario en la mayor brevedad posible, donde permanecerá ingresado y sometido a un tratamiento basado en analgésicos, antibióticos y ayuno. En los casos más graves, será necesaria una intervención quirúrgica.