Como ya sabes, las necesidades nutricionales del perro varían a lo largo de su vida. Respetar los aportes necesarios de cada etapa es fundamental para que pueda llevar una vida saludable y de calidad. En el caso de los cachorros, es muy importante velar por el equilibrio alimentario. Si deseas saber más sobre la alimentación de los cachorros, sigue leyendo.
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Alimentación de los perros recién nacidos
Cuando los perros nacen, maman entre siete y ocho veces al día. El proceso es sencillo. Los cachorros se arrastran hasta el pezón de la madre balanceando la cabeza. Cuando sienten contacto físico, hunden el hocico en el pelo, en busca del pezón. Para que la leche fluya, ejercen presión con el hocico y con las patitas delanteras contra el vientre de la madre. Todos los cachorros de la camada maman a la vez.
Cuando los cachorros terminan de mamar, la madre les lame la zona perineal para provocar la defecación y la micción. Después, ingiere las eyecciones y limpia a sus pequeños. Durante este periodo, la eliminación de los deshechos se produce gracias este acto reflejo.
Los cachorros se adquieren algo de autonomía a partir de las tres semanas de vida, momento en el que salen del nido. A partir de las cuatro semanas de vida, los cachorros mordisquean los labios de la madre para provocar la regurgitación de la comida. Se trata de un acto reflejo propio de los cachorros que les permite entrar en contacto por primera vez con alimento semi sólido. Cuando cumplen cinco semanas de edad, los perros aprenden a hacer sus necesidades de forma independiente.
Durante este periodo, la madre es un elemento indispensable. Entre otras cosas, enseñarán a sus cachorros a procurar su propia comida. Aunque este instinto se ha vuelto poco útil a raíz de la domesticación, los perros todavía lo conservan. Es fundamental que los perros permanezcan con su madre y hermanos durante las primeras semanas de vida. Numerosos estudios demuestran que los cachorros que permanecen en el ámbito familiar durante este periodo desarrollan un carácter mucho más equilibrado.
Hacia las seis semanas de vida, los perros comienzan a desenvolverse por su cuenta y es en este momento cuando se produce el destete. La perra se separará poco a poco de sus cachorros hasta impedirles acercarse a sus pezones para mamar. El destete constituye el fin de la relación entre la madre y el cachorro.
¿Cómo alimentar a un cachorro huérfano antes del destete?
Hasta las tres semanas de vida, la madre se ocupa completamente de sus cachorros: les de de mamar, les proporciona calor y les proporciona un lugar adecuado. Sin embargo, si la madre se muestra incompetente o muere durante el parto, los tutores deben intervenir.
La mejor alimentación que podemos proporcionar a los neonatos es la leche maternizada para cachorros, rica en proteínas y grasas. Este producto se vende deshidratado en cualquier clínica veterinaria. Visita nuestra guía sobre cómo alimentar a un cachorro recién nacido sin madre para conocer más detalles.

¿Cómo alimentar a un cachorro después del destete?
La alimentación de los perros durante los inicios de su vida es fundamental para su crecimiento. Tanto la falta de nutrientes como el exceso de suplementos pueden ser igual de perjudiciales.
Durante los primeros días de vida, el esqueleto del cachorro está compuesto por cartílago que se va osificando a medida que crece. El hueso está constituido por una trama proteica en la que se disponen sustancias minerales. Los perros terminan de crecer alrededor del primer año de edad. Desde que cumple cuatro meses hasta catorce, la alimentación que le proporcionemos marcará su crecimiento, ya que se trata del periodo de máximas necesidades nutricionales. La formación del hueso requerirá un aporte específico de elementos indispensables.
Los principales elementos esenciales para el crecimiento del cachorro son los siguientes:
- Proteínas para la fabricación de la trama del hueso.
- Calcio y fósforo para la construcción interior del hueso.
- Magnesio para permitir la acción de las hormonas del crecimiento.
- Cobre para la fabricación del colágeno.
- Yodo para la mineralización.
- Vitamina D para la fijación del calcio.
El aporte de calcio a través de los alimentos convencionales es suficiente para las razas pequeñas. Para los perros más grandes, es necesario aportar suplementos. Por otro lado, también es importante que su dieta contenga vitaminas B6 y A, aunque no son esenciales.
Bibliografía
- Florence Desachy. La alimentación del perro.